Nuevas tendencias, nuevos útiles.

Los tiempos cambian. O mejor dicho, el tiempo pasa y las cosas cambian. Esto es general, pero quizá es más significativo en el mundo de la moda, y por extensión en el de la peluquería.

No cabe duda que cada cierto tiempo surge una nueva tendencia que lo cambia todo. Lo que en un momento era moda o tendencia, pasa a ser obsoleto y desfasado.

A nivel de peluquería, las nuevas tendencias suelen llevar implícitas nuevas formas de trabajar. Aunque pueda parecer que es hacer lo mismo pero de otra forma, realmente implica un cambio muy importante que se ve reflejado en numerosos aspectos.

Nuevas tendencias, nuevos útiles.

Uno de estos aspectos son los útiles con los que el peluquero trabaja. Hemos visto como han ido evolucionando, en parte por la mejora tecnológica pero también como causa de un cambio en la necesidad.

Cambios en los utensilios y el uso de estos

Así pues, es muy difícil encontrar en un salón de peluquería aquellas planchas con placas de metal, anchas y pesadas. Capaces de alisar en una sola pasada cualquier cabello por rizado que estuviera. Y que hace unos años todas las peluquerías tenían varias de ellas. Hoy en día. En todos los salones hay varias planchas, con placas de cerámica o de titanio, con regulador de temperatura y con iones negativos. Capaces de alisar cualquier tipo de cabello, pero también de hacer ondas.

También estamos viviendo un cambio en las máquinas de cortar el pelo. Así como hace unos años se utilizaban máquinas más potentes, capaces de cortar más cantidad de pelo y más rápidamente. Hoy en día la tendencia de los cortes con degradado hace que el profesional opte por máquinas con mayor precisión. Estas máquinas a su vez nos permiten trabajar mejor los detalles y más cómodas porque se utilizan durante más tiempo.

Del mismo modo, con el auge de los “brushing” (secados a mano), han caído en desuso los secadores de casco, rulos y plises que tanto se utilizaban antaño. Hoy en día, casi la totalidad de peinados se realizan con el secador de mano y los cepillos redondos.

Podemos concluir, pues, que en este sector, el profesional está en constante evolución. Y quiera o no, está obligado a continuos cambios, tanto en sus trabajos como  en la forma de hacerlos.